El pueblo de Zúñiga está ubicado al sur de Santiago, en la comuna de San Vicente de Tagua Tagua, tiene acceso directo desde la Ruta 5 Sur, hacia la carretera de la Fruta. Viven aproximadamente 3.500 personas y la actividad de las familias está asociada a la agricultura.
Lo conocí cuando me invitaron hace un par de años atrás a celebrar con todo el pueblo la declaración de “Zona Típica de Chile” . Conocí a Amanda Droguett, la presidenta de la Junta de Vecinos, gran gestora de turismo rural y recuperación del patrimonio histórico. Ella, una economista ex asesora de Ministro, volvió a su pueblo natal a hacer “la patria chica”. Cuando la conocí me dijo que era “proveniente de sexta generación del pueblo”.
La fiesta el pueblo fue maravillosa: comida, música chilena, tradiciones, el pueblo entero nos recibió vestidos a la usanza colonial, y hasta el cura párroco bailó “la cueca pícara”. Desde ese día en adelante no he dejado de asistir con mi familia a las fiestas patrimoniales del pueblo de Zúniga. He visto el esfuerzo de todos ellos para poner en valor su patrimonio histórico tangible e intangible.
Desde aquella fiesta todos los años y varias veces durante el año los vecinos invitan a la comunidad a celebrar fiestas patrimoniales dónde participan los campesinos con sus atuendos, carretas de caballos, música, bailes y comidas típicas. Simplemente belleza.
Hace poco tiempo atrás gestionaron un fondo de arte para recuperar las fachadas de las casas y de este modo hacer más atractivo el pueblo. Comenzaron a tener visitantes locales, nacionales y extranjeros. Estas actividades comenzaron a generar una alternativa de ingresos, a través del turismo rural-patrimonial. Las casas son coloniales, de adobe y teja chilena y la belleza del entorno y el conjunto arquitectónico junto a un plan de gestión hizo que fuese declarado por el Consejo de Monumentos Nacionales cómo “zona típica” .
Luego del terremoto 8.8, duele ver lo que allí ocurrió. La tierra volvió a la tierra. Duele.
Estoy convencida que lo que se puede recuperar se va a recuperar. Porque el adobe siempre se puede recuperar. Siempre. Se requiere de nuevas fuerzas y financiamiento. Financiamiento público- privado para volver a poner en valor junto al pueblo de Zúñiga y Amanda Droguett lo que es nuestro: una zona típica del pueblo chileno, que refleja lo que hemos heredado.