Ya era hora de embarcarnos en esta nueva aventura, un viaje nuevo para algunos. En mi caso no era algo nuevo, ya que eran tierras conocidas por mí, mi familia se había criado en aquellos campos y para mí era un viaje más de muchos con un especial significado.
El lugar de destino era la localidad de Santa Cruz. No nos iba a esperar un mall del centro, ni un parque de diversiones gigante, sino que nos esperaba la historia precolombina de nuestro país. Un mundo de nuestros primeros antepasados. Este viaje en lo personal me llamaba mucho la atención aunque yo lo había visitado tres veces anteriormente porque en cada visita uno observa algo nuevo.
Al momento de llegar a la Ciudad de Santa Cruz un murmullo de parte de mis compañeros de curso comentando que era un pueblo súper chico y que por lo visto no tenía algo que resaltara en sí. Nuestra primera visita fue a la capilla de “Santa Ana” ,la cual me pareció muy interesante, sus figuras religiosas me llamaron mucho la atención por la antigüedad que tenia aquel reciento religioso. También teníamos una referencia, un sacerdote de aquella iglesia nos guio con la información exacta de aquella, también pudimos escuchar la historia de aquella iglesia con muchos años de existencia en aquel lugar.

También nos mencionó que en aquella iglesia estaban los restos de los fundadores de la ciudad de Santa Cruz, era el lugar en el cual estaba el espíritu santo y el cáliz, era un lugar de oración. Santa Cruz no solo era un lugar campestre si no que con una historia formidable que se metía en el ámbito religioso y pasaba y llegaba finalmente a lo cultural, a la historia de nuestra tierra, a la historia de muchas generación pasadas.
Nos teníamos que dirigir al esperado museo de Colchagua. Al momento de llegar nos invitaron a pasar a una sala en donde íbamos a ver un video o la introducción de lo que iba a ser el museo.
Dentro del museo observé la historia de un principio hasta los días de hoy. Más que un museo de historia es como una máquina del tiempo que me mostraba todos los procesos históricos que se desarrollaron en nuestro planeta, en nuestro continente y en nuestro país. También se puede observar muchos restos fósiles, también observe todos los periodos de la historia de chile, la colonia, la reconquista, etc. No es fácil imaginarse y trasladarse en aquellos tiempos ya que hoy en día la modernidad y las nuevas tecnologías han hecho que el mundo de hoy sea un mundo desarrollado que es muy difícil compararlo con el mundo de hoy.
Mucha historia en aquel lugar. Al pasar por las habitaciones del museo la historia se acercaba a los tiempos de hoy, las nuevas tecnologías en el transporte, los nuevos estilos de vestimenta de las personas, las nuevas armas que debutaban etc. Se dejaba atrás muchos sucesos que marcaron la historia para dar paso a nuevos desafíos, nuevos adelantos y nuevas ideas y mentalidades que figuran en aquellos tiempos.
Fue un aventura inolvidable. Tengo que rescatar la visita a la viña donde aprendí mucho sobre la elaboración del vino chileno, el vino de esta tierra que nos regala día a día. En este paseo pude observar que hay gente que se hace llamar periodista pero por sus opiniones y poca actitud de enfrentar un desafío fuera de las comodidades de la capital los dejan mal parados y con poca visión a la profesión.
Agradezco a mi compañera Isabel por permitir volver a un lugar con muchos buenos recuerdos de mi niñez, también agradecer al Profesor Capello por ser partícipe de aquella aventura inolvidable.