007, Quantum of Solace Neo Bond

007, Quantum of Solace Neo Bond

13 Noviembre 2008
La nueva película del agente 007 no sólo destaca por sus escenas de acción, sino que también por instalar definitivamente al eterno espía en el nuevo siglo.
Patricio Rodriguez >
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De poder escoger sólo cinco personajes destacables en la historia del cine, estoy seguro que en más de un listado aparecería el nombre de James Bond, la creación literaria de Ian Fleming que alcanzó la gloria en la pantalla grande hace ya casi cincuenta años. Un verdadero clásico que acaba de estrenar su película 23, bajo el nombre de Quantum of Solace.
Aunque la saga de Bond, que comenzó el año 1960 con “El satánico Dr.No”, es considerada por algunos como una interminable secuela, lo cierto es que cada film es unitario y sólo guardan leves conexiones con el resto. Hasta ahora, por que Quantum of Solace es definitivamente la segunda parte de Casino Royale, cinta con la que el actor Daniel Craig debutó como Bond.
La historia comienza poco después de la escena final de Casino Royale, con una persecución de autos de aquellas. En esta oportunidad, Bond sigue investigando a la organización que corrompió a Vesper, la agente que fue su objeto de deseo en la película anterior y que fallece en un intento de redención. El espía británico está fuera de control, y M (Judi Dench) lo sabe.
De aquí en más el director Marc Foster nos muestra a un Bond distinto, obsesionado, oscuro y algo depresivo. Todo muy ajeno a su acostumbrada personalidad, siempre fría y calculadora, incapaz de perder el control cualquiera sea la situación que enfrente. A través de una muy buena representación, Craig representa aquel lado oscuro, pero a la vez más humano, del espía británico.
Fiel a su tradición, este film de Bond se caracteriza pos sus altas cuotas de acción. Sin embargo, aquí viene su principal falla. Si bien el argumento presentado es interesante, la película está desequilibrada. En los primeros cuarenta minutos la acción es trepidante, sin embargo en el segundo acto del film éste se vuelve algo lento, cansador, para volver a su ritmo habitual sólo al final.
Desde el punto de vista técnico, Quantum of Solace se mete en la historia de Bond como una de las mejor logradas. Una fotografía impecable, con escenarios grandilocuentes que incluyen, como es ampliamente conocido, metraje filmado en el desierto chileno.
¿Se nota que es Chile?. Siendo objetivo, no. Sin embargo, para el público nacional los parajes se les harán muy similares, sacando risas en algunas escenas que seguramente en el extranjero no causarán mayor impresión. Los ejemplos más notables: cuando a Bond un integrante de la policía nacional de Bolivia lo detiene para pedirle “los documentos”. La vestimenta verde es inconfundible. Lo mismo la “amable” respuesta del dueño del avión que el protagonista renta antes del ataque final. Esa reacción ante un turista no podía ser más chilena.
Para concluir, Quantum of Solace es una película interesante, que sigue la tradición de Bond sólo en lo básico, insertando nuevos elementos que lo acercan claramente al cine de acción moderno. Como punto en contra, su excesiva lentitud en algunas escenas y su complicada trama harán que la cinta no sea del agrado de toda la audiencia. Aún así, es un film totalmente recomendable, aunque no tan consistente como Casino Royale, la que de paso es indispensable ver antes.

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