Allende, a los 100 años de su nacimiento

26 Junio 2008
Fue Allende que denominó al cobre como el ‘Sueldo de Chile’. En la actualidad esto tiene un significado adicional, ya que son los propios partidos que aprobaron la nacionalización del cobre, los que han concretado la desnacionalización.
Andres Leal >
authenticated user Corresponsal
Por: Orlando Caputo y G Galarce
En los últimos años, los recursos del cobre han sido utilizados para resolver parcialmente los graves problemas, conflictos y movimientos sociales, así como los embates de la naturaleza, que han azotado al norte y recientemente con la destrucción de la ciudad de Chaitén por las erupciones volcánicas. Sin esos recursos, la explosión y crisis social sería profunda. Esto demuestra la importancia de la nacionalización del cobre realizada por Salvador Allende. Sin embargo, a pesar de la importancia para Chile, jamás se menciona por parte de las autoridades de gobierno, de los dirigentes políticos y en los medios de comunicación que estos recursos hoy están disponibles gracias a la nacionalización del cobre. Esta es parte de la descomposición y corrupción de la política chilena actual.
Allende le asignaba al cobre una importancia trascendente para Chile y su pueblo, de allí que la nacionalización del cobre estuvo en los cuatro programas de las candidaturas de Salvador Allende a la Presidencia de la República. En efecto, ya estuvo presente en su candidatura de 1952. Un año antes, se había presentado en el Senado el primer proyecto de nacionalización del cobre por los senadores Salvador Ocampo y Elías Lafferte.
En el gobierno del presidente Eduardo Frei Montalva (1964-1970), se desarrollaron dos iniciativas orientadas a aumentar el control nacional sobre la principal riqueza del país: la “chilenización del cobre” y la “nacionalización pactada”. La primera debía durar 20 años, fracasó y a los cuatro años debió ser sustituida por la “nacionalización pactada” que sufrió igual suerte. Las empresas norteamericanas –Kennecott y Anaconda, que controlaban El Teniente, la primera, y la otra Chuquicamata, Salvador y Exótica, elevaron en forma significativa sus utilidades. Anaconda elevó sus utilidades casi en un 100%. Sin embargo, el aporte al Estado fue bastante menor al esperado. Esto se debió a que las empresas norteamericanas tenían a su cargo la administración de las minas y la explotación de los minerales. Además, controlaban las ventas.
Radomiro Tomic uno de los líderes de la DC reconoció el fracaso de estas fórmulas, e incorporó al programa de su candidatura presidencial de 1970, la nacionalización del cobre. Denunció que las compañías norteamericanas conscientes de que se avecinaba la nacionalización “se dedicaron a florear las minas”, es decir, a explotar selectivamente los minerales de alta pureza para obtener el máximo de utilidades en el escaso período de tiempo que les quedaba. Dejaron sin remover 20 millones de toneladas de material estéril lo cual recargó injustamente los costos post nacionalización, limitaron las inversiones al mínimo y las realizaron mediante préstamos de la banca norteamericana, de los cuales debió hacerse cargo finalmente el Estado chileno.
Según Allende, con la recuperación del cobre, Chile alcanzaría la independencia económica del país, superando la dependencia externa e interna por la propiedad extranjera en el principal recurso básico del país. Sólo con la independencia económica se puede lograr el ejercicio pleno de su Soberanía. La riqueza del cobre debía cimentar la nueva sociedad que se quería construir. No era posible, además, que siguiera un saqueo que duraba décadas: Allende denunció en su discurso de Naciones Unidas en diciembre de 1972: “con una inversión inicial de unos 30 millones de dólares, en 42 años las compañías habían retornado más de 4 mil millones de dólares de ganancias”.
Poco después del 4 de noviembre de 1970 –el primer día de su gobierno-, el presidente de la República designó representantes del nuevo gobierno en Codelco y en los directorios de las sociedades mixtas. Su misión fue la de controlar la marcha de las empresas de la Gran Minería del Cobre, evitar sabotajes, garantizar la estabilidad a los técnicos extranjeros y, sobre todo, conocer la real situación de los minerales. Había serios problemas en los planes de expansión y la explotación normal de los yacimientos corría peligro.
En diciembre de 1970, Allende envió el proyecto de nacionalización del cobre al Congreso. El Ministro de Minería, Orlando Cantuarias, el Sub Secretario de Minería, Hernán Soto y Jorge Arrate asesor económico de Allende, junto al Vicepresidente de Codelco, Max Nolff, y con el valioso trabajo del abogado Eduardo Novoa Monreal, prepararon el proyecto y participaron activamente en el trámite parlamentario.
El Mensaje de Salvador Allende, que acompañó al Proyecto de Nacionalización del Cobre, señala que por tratarse de la principal riqueza básica del país y porque la nacionalización del cobre daba paso a la ‘Segunda Independencia Nacional’, la Nacionalización del Cobre debería estar consagrada no en una simple ley, sino que en la Constitución Chilena o Carta Magna. Textualmente en el Mensaje se dice, entre otros aspectos, lo siguiente:
“Al presentar al Congreso Nacional esta reforma constitucional, estamos afirmando que no estamos dispuestos a tolerar más esta situación y que de ahora en adelante en nuestra propia Carta Fundamental, quedará establecida nuestra decisión de que las riquezas chilenas sean de los chilenos y para los chilenos, que basados en ella construirán una nueva vida y una nueva sociedad. Sabemos que todos los pueblos libres del mundo nos acompañarán en esta tarea”
Enfatizando y acentuando lo anterior, Allende agrega:
* “No podrá escapar a la percepción de los señores parlamentarios las circunstancias de que sólo por muy justificados motivos debe haber optado el Gobierno por recurrir a la vía de la Reforma Constitucional para lograr la nacionalización del cobre. Efectivamente, poderosas razones de orden político y jurídico convencieron a la Unidad Popular de que esa era la vía necesaria y conveniente.
En primer lugar, la importancia que para la existencia libre, independiente y soberana del país tiene esta nacionalización, exige que ella sea solemnizada con la adopción de una decisión al más alto nivel jurídico concebible, aquel nivel en que es el propio soberano, el pueblo, actuando como Poder Constituyente, quien expresa su voluntad. Así, queremos enfatizar, poner de relieve, en los planos nacional e internacional, que tenemos clara conciencia de lo que la nacionalización significa, y sí el nacimiento de la independencia política está marcada por una Carta Fundamental, creemos indispensable que el nacimiento de Chile a la independencia económica sea también registrado en la Constitución”.
Salvador Allende tuvo presente la Resolución de Naciones Unidas 1.803 (XVII): “Soberanía Permanente sobre los Recursos Naturales” (14 de diciembre de 1962).
Entre otras resoluciones destacamos:
“El derecho de los pueblos y de las naciones, a la soberanía permanente sobre sus riquezas y recursos naturales debe ejercerse en interés del desarrollo nacional y del bienestar del pueblo del respectivo Estado”.
“La violación de los derechos soberanos de los pueblos y naciones sobre sus riquezas y recursos naturales es contraria al espíritu y a los principios de la cooperación internacional y a la perseveración de la paz.”
El 11 de julio de 1971 se aprobó la reforma constitucional sobre la ‘Nacionalización del Cobre’ propuesta por Salvador Allende, por la unanimidad de los Diputados y Senadores reunidos en el Congreso Nacional en Pleno. El Presidente Salvador Allende, ese día en su Discurso al país declaró lo siguiente:
“Hoy es el día de la dignidad nacional y de la solidaridad. Es el día de la dignidad, porque Chile rompe con el pasado; se yergue con fe de futuro y empieza el camino definitivo de su independencia económica, que significa su plena independencia política.
Por eso, nada más significativo el que haya escogido para hablarle a la patria como Presidente de ella, Rancagua, la Plaza de los Héroes. Aquí se sienten el ayer y el pasado, el heroísmo de los que lucharon y sacrificaron sus vidas para darnos sentido y contenido de pueblo. Aquí está presente la imagen de O\'Higgins y aquí podemos decirle al padre de la patria que somos sus legítimos herederos, y que fue el pueblo el que ganó esta batalla de la independencia y la dignidad nacional”
“Es el día de la solidaridad, porque Chile ha sido castigado por la fuerza de la naturaleza. Hace poco, temporales, lluvias implacables, el frío y el peso de la nieve golpearon las casas, las industrias; destruyeron parte de las instalaciones, de los trabajos agrícolas. Y ahora hace pocas horas, minutos, por así decirlo, tres provincias: Valparaíso, Aconcagua, en el departamento de Petorca y Coquimbo, en Illapel, han sido sacudidas violentamente por un sismo que ha significado dolor, miseria y sufrimiento para cientos y miles de nuestros compatriotas. En este día, que debía haber sido de plena alegría, el pesar y la congoja viven sus horas largas en los hogares de miles y miles de chilenos”
“Es por eso que este día, que es el día de la dignidad, tiene que ser el día de la solidaridad, y aquellas provincias y aquellos hombres y mujeres de Chile que fueron azotados por el viento, por la lluvia y por la nieve, tendrán que tener coraje como el resto de nuestros compañeros, como el resto de los ciudadanos, para levantarse y estar junto a las provincias azotadas por el terremoto. Así, Chile demostrará su entereza y la voluntad del pueblo”.
“Destaco lo extraordinario de este acto. Cómo se ha reunido el pueblo de Rancagua, cómo están aquí campesinos, empleados, profesionales, técnicos, mujeres y jóvenes. Cómo diviso desde esta tribuna los cascos de los mineros que traen, en la palabra de sus dirigentes, el compromiso ante la historia y su conciencia de ser ejemplares trabajadores para hacer producir más al cobre y entregarlo al servicio de la patria”.
Cinco días más tarde, fue publicada la nacionalización del cobre en el Diario Oficial y el Estado tomó inmediatamente el control total de los yacimientos y empresas nacionalizadas, nombrando a profesionales chilenos de la mismas empresas en los más altos cargos en los departamentos de las empresas: minas, concentrador, fundición, refinería, y diferentes profesionales y trabajadores de las mismas empresas en los directorios de ellas.
Comenzó una labor titánica. Se trataba de elevar la producción superando los escollos derivados de los incumplimientos de los planes de expansión, del “floreo” de las minas y del éxodo de los técnicos extranjeros, estimulados por las compañías norteamericanas. Dos informes técnicos –uno de Sofremines, una empresa francesa de alto nivel y otro de técnicos soviéticos confirmaron las denuncias: la situación de los minerales era preocupante, y era urgente adoptar medidas de emergencia. Así se hizo.
La importancia actual se relaciona con la historia, ya que la nacionalización del cobre fue la medida más importante desde el punto de vista político, social y económico en el siglo pasado y por eso también constituyó la principal realización del gobierno del Presidente Salvador Allende y de la Unidad Popular.
La desnacionalización del cobre es una traición a la historia y a su pueblo. De nuevo las empresas extranjeras controlan el 70% de la producción y de las exportaciones de cobre en Chile.”Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor."
Las últimas palabras de Allende proyectadas a la actualidad y al cobre, como el ‘Sueldo de Chile’, -como él lo denominó-, adquieren en la actualidad un significado adicional, en el centenario de su nacimiento, el 26 de junio, ya que son los propios partidos que aprobaron la nacionalización del cobre, los que han concretado la desnacionalización.
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Comentarios

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Exacto, Marcelo, es la

Exacto, Marcelo, es la decepcionante realidad.

Hoy, se comprueba nuevamente la traición.

Basta revisar las noticias recientes.

Fernando Flores, junto a Zaldívar, Frei y los senadores de la derecha rechazaron un proyecto que evitaba la amnistía en casos de violaciones a los derechos humanos. Es decir votaron a favor de la IMPUNIDAD.

Leer las declaraciones de Camilo Escalona, considerado por El Mercurio uno de sus columnistas "estrellas" (?) en donde rinde un amarillento "homenaje a Salvador Allende.

Igual actitud la de Ricardo Lagos y José Miguel Insulza en las páginas del reaccionario diario El País (España.

Ninguno de los anteriormente mencionados menciona el espíritu anti imperialista del mandatario ni sus cualidades de luchador social infatigable.

Una sola cosa debmos reconocerles a estos seudos izquierdistas, en ningún momento definen a Allende como lo denomina su pueblo: Compañero ALLENDE.

Será que se dieron cuenta que son "ex compañeros"? O le temen a esta denominación, que significaba la cárcel en tiempos dictatoriales?

Cordialmente, otro allendista convencido.

Imagen de marcelo herrera oñate

Excelente artículo.

Excelente artículo.

creo que hoy en la concertación sólo hay seudosocialistas como letelier, escalona, etc.

hay socialistas neoliberales. que traicionan los ideales de un verdadero político con real sentido del servicio social y el bien común que se atrevió a generar cambios.

que asco le daría a allende observar a los parlamentarios "socialistas" aprobando una LGE con esencia pinochetista y desnacionalizando el cobre.

pero creo con firme convicción que el camino trazado por el más insigne político chileno sigue sumando caminantes.

marcelo herrera oñate.

idealista de izquierda. allendista convencido.

Imagen de felipe mendoza aravena

Lejos estan aquellos

Lejos estan aquellos tiempos, el de un Chile autenticamente republicano, con un estado de bienestar, entiendase un estado ocupado de las necesidades básicas de la población -este modelo no es patrimonio exclusivo de la era Allende, data de años anteriores-. Ahora todo eso se perdio, los manuales técnicos aplastaron el sentido común y las ideas. El golpe de estado y la introducción del neoliberalismo recalcitrante, ha convertido a Chile y su gente -no todos- en algo frío, soberbio, clasista e individualista. Otros tiempos.