Niños aún mueren por ser pobres en Chile: ¿Dónde está la justicia social?

18 Mayo 2008
Esta es la historia de dos niñas en Chile que me tocó ver como abogado. Una historia impactante que refleja la realidad de nuestro país. A pesar de los avances macroeconómicos este tipo de hechos demuestran que todos no avanzamos por igual.
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Por: SILVIA SOTO ACUÑA Abogado
Esta es la historia de Luz María y Eloísa. Dos niñas chilenas. Luz María tiene ahora 16 años, y está muy triste, debido a que murió su hijita. Al parecer murió de pobre. Luz María pese a todos sus esfuerzos, no le pudo ofrecer las comodidades mínimas que cualquier recién nacido requiere.Fueron tantos sus esfuerzos por salir de la droga. Es que ella quería ser mamá, pese a su corta edad. Se internó en un hogar, se sometió a tratamiento y estaba bajo el cuidado de un tutor que la apoyaba para que durante su embarazo pudiera estar bien sin drogas. Finalmente su guagüita nació y le puso por nombre Eloísa, que significa “combatiente gloriosa”. Y esta combatiente en la vida comenzó su lucha. Pero Luz María también debió enfrentar mayores desafíos, como era la cuenta que le estaba pasando la abstinencia.
Comenzó con crisis,cambios de humor, que en definitiva la llevaron a irse del hogar de acogida donde se encontraba. Para cualquier madre son difíciles los primeros meses de vida de un hijo, más aún, si eres una niña adolescente y no tienes marido, ni pareja, eres pobre y quieres dejar una adicción. Si ya la vida de Luz María era complicada antes de la llegada de Eloísa, ahora sin drogas y con una bebé, cambió mucho más. Pero LuzMaría quería a su hija y era el motivo que la impulsaba a hacer cosas que nunca había realizado. Entonces decidió irse con su madre al campo, a Curicó y trabajar como temporera en los campos. Quería darle a su hija una vida mejor.Haría todos los esfuerzos que fueran necesarios para que su hijita,que ella la consideraba la más linda del mundo, a la que le gustaba mirar cuando dormía, le gustaba sentir su olorcito de guagüita, mirarle sus manitos chiquititas, tuviera todo lo que ella como niña no había tenido. La vida como temporera es dura, no siempre se recibe el sueldo que se merecen por su trabajo, pero cuando se es madre, todos los esfuerzos valen la pena. Al mes de haber llegado a Curicó, Eloísa se enfermó y su niña-madre la llevó al Consultorio. No tenía los medios económicos para pagar un médico particular, pero confió que los doctores del Consultorio público,atenderían de la mejor forma a su hijita.
En el Consultorio le recetaron paracetamol y la enviaron para la casa. Unos pocos días después, Eloísa murió. La combatiente gloriosa no pudo luchar contra la pulmonía. Requería un tratamiento distinto al del simple paracetamol. Los profesionales de la salud con todos sus conocimientos no se dieron cuenta.
El funeral fue muy triste y como lo describió un asistente:“Es indescriptible el desolado funeral inserto en medio de personas con lenguaje precario, que intentaban dar una explicación divina al acontecimiento. El frío calaba los huesos, y Luz María sólo sostenida por el impacto de su pedacito de vida lanzado a la tierra, entre medio de algunas flores y canciones religiosas que intentaban calmar el lugar...”Si yo dejara mi relato hasta acá, quedaría sólo como un cuento. Como el de “La Fosforerita”, con su triste historia de la niña que murió congelada en Navidad. Pero lamentablemente este no es un cuento, es la realidad del Chile actual. Sucedió la semana pasada con personas reales, que tienen que seguir viviendo en su dolor y su pobreza. De qué sirven bonos para paliar el aumento de precios, si la realidad de tantos chilenos no cambia. Pareciera que esos bonos sólo sirvieran para comprar votos. Y que nuestro Chile se analiza de acuerdo a objetos y no seres humanos.
Hemos olvidado los Tratados Internacionales que Chile ha firmado para la protección de los niños. Y que tienen la fuerza jurídica de una norma constitucional. Según el artículo primero de la Convención de los Derechos del Niño,del que Chile es parte desde el año 1990, se consideran niños por regla general, a todas aquellas personas menores de 18 años. Y es un deber de los Estados Partes “que se comprometen a asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar... y con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas. “ (Numero 2 del artículo 3º)Conforme a esto, Eloísa y Luz María deberían haber sido protegidas por el Estado de Chile. Porque es un deber de los estados partes, y es un deber de rango constitucional en Chile. No bastan las buenas intenciones cuando se trata de personas y menos cuando son niños. Luz María quería ser una buena mamá, pero el Estado chileno privilegia a las mujeres que no quieren tener hijos. No existen políticas de protección concretas a la maternidad. El tener algunos artículos en el Código del Trabajo que traten en forma somera el tema, no implica políticas de protección a la madre y sus hijos.
La llamada píldora del día después según dan cuenta los hechos es la política de control de la natalidad del gobierno chileno, y también tendremos que considerarla su opción frente al derecho a ser madre. En que se privilegia no serlo. Y esto es lógico, porque es más fácil para el Estado no hacerse cargo del “costo” de una mujer que quiera ser madre. Y esto se asume en forma particular por cada una de nosotras, pero no es una política social del Estado chileno. Incluso a nivel del sistema de seguro de salud privado se castiga ala mujer en edad fecunda. Una mujer en esa situación podría llegar apagar hasta cuatro veces el valor de lo que paga un hombre en sus mismas condiciones. Pero si esa misma mujer aparece como carga de un hombre, pasa automáticamente a pagar lo que corresponde según su edad y salud. En definitiva el sistema pareciera castigar a la mujer sola, a la que no quiere o no puede depender de un hombre.
Todo esto es una discriminación arbitraria avalada por la ley. Existe un cuadro del pintor chileno Pedro Lira, que describe en forma sensible y con excelente calidad pictórica el sufrimiento de una madre con su hijo enfermo en los brazos, con una pobreza agobiante,teniendo como compañía a su lado a la abuela que prepara una agüita y un remedio. Este cuadro del siglo 19 retrata la realidad de lo sucedido con Luz María y Eloísa.
Estamos en el siglo 21, nos hemos trasladado en el tiempo, pero la realidad de nuestro Chile pobre sigue igual. En las primeras décadas del siglo veinte, un joven abogado se sintió profundamente afectado con el sufrimiento de los más pobres de nuestro país. Se conmovió frente al dolor de mujeres trabajadoras en condiciones subhumanas, y frente al dolor de niños que dormían bajo los puentes y nadie los cuidaba. Creó un hogar para esas personas, les dio el Hogar que Cristo se merecía. Y ahora, en forma soberbia creemos que esa realidad de la que nos habló el Padre Hurtado, ya no existe. Nos hemos tapado los ojos frente a ella.
En Chile la justicia social de la que él nos habló, y por la que tantas personas lucharon ya no está presente. La falta de trabajo y de ingresos se suplen con farándula y con cárcel. Además esto último es un buen negocio, porque las cárceles están concesionadas a particulares y mientras más gente presa exista,mejores son los ingresos para estos empresarios del dolor. La pobreza extrema sigue viviendo en nuestra patria. La misma del siglo 19 y del siglo 20, está presente en el siglo 21. Pareciera que el cuadro de Pedro Lira, hubiera tomado una foto en el tiempo a Luz María,a su madre y su hijita Eloísa.
¿O será que hay muchas Luz María y Eloísa en mi país?. Y el cuadro toma vida con la existencia y el sufrimiento de tantas niñitas que son mamás, tantas mujeres que solas, sin apoyo de los padres de sus hijos deciden ser madres, pese a las adversidades. De tantas mujeres violentadas por sus parejas y maridos, que cuidan a sus hijos en soledad. El derecho a ser madre es un derecho esencial de la mujer, el derecho a que sus hijos vivan y crezcan en buenas condiciones también lo es. El derecho a la vida es un derecho esencial. ¿ Y por qué en mi país no son respetados ?. ¿Por qué deben morir los niños por su condición social.? ¿ Dónde está el “Estado Parte” que firmó la Convención de los Derechos del Niño ? Y mientras me pregunto todo esto, hay dos niñas chilenas que murieron. La primera de tan sólo seis meses de edad yace bajo suelo, y la segunda, aunque en apariencia viva, ha dejado su corazón lleno de pena enterrado bajo la tierra por donde corría un estero.
SILVIA SOTO ACUÑA Abogado
Nota: Homenaje a Luz María por su valentía de vencer las adversidades.
foto: Pedri Lira, pintoresfamosos.cl

Comentarios

Imagen de jemina villarroel

muy inpactante ese

muy inquietante ese relato

quizaz nunca habia leido

algo asi

espero que el pais tome conciencia

de lo ocurrido aqui

para que no se vuelva a repetir

Imagen de Ana Mella

Felicitaciones, impactante

Felicitaciones, impactante tu testimonio, soy profesora de historia y lo utilize para mostrarles a mis alumnos de 8 y 4 medio , la realidad en la que estamos incertos,y tal vez en nuestros casos muy alejados de ella, ademas extraje articulos escritos hace 100 años }, la idea es que comapren ambas realidades, y sorprendidos los grandes y los mas chiquitos llegamos a la conclusion que estamos a puertas del bicentenario, tenemos acceso a tecnologia de punta ( solo en comunicaciones) pero los problemas que arrastró la clase baja hace 100 años son los mismos que en la actualidad,que hacemos realmente para que esa situacion cambie, y de VERDAD el chile que soñamos heredar a nuestros hijos sea una realidad y no una utopía?....Agradesco sinceramente tu aporte no sabes lo util que me resultó, y lo enriqucedor que fue para mi clase y para mis niños.

Imagen de Juan

Comparto las opiniones

Comparto las opiniones precedentes y lo más penoso es perder la capacidad de asombro y dejar quer la indiferencia anule nuestra sensibilidad social y humana.

Imagen de Carlos Acevedo

Estos relatos llegan como

Estos relatos llegan como una bofetada fuerte y directa al corazón de Chile.

Dos cosas. No somos capaces de enfrentar estos hechos con acciones concretas como actores sociales. Me refiero a los realmente existentes "problemas reales de la gente". ¿Qué puede ser más real que un niño muerto? ¿Y dónde estamos los lectores cuando el niño está enfermo?. ¿O sólo nos conmovemos cuando lo leemos?.

Por otro lado, ¿Será que no hemos sido capaces de poner en su justo lugar a los representantes públicos?. Hoy pienso que hemos elegido a personas que no saben de pobreza, hambre, frío, cansancio y una serie de groserías de este calibre.

Que vergüenza, pero aún podemos hacer algo.

Elijamos lo correcto en el momento correcto.

Que simple, verdad?

Imagen de felipe mendoza

Impactante artículo, ese

Impactante artículo, ese sufrimiento uno lo imagina, pero debe ser indescriptible; tristemente la sociedad chilena pierde la capacidad de asombro y la verguenza; esto es un reflejo de lo pobre de espíritu que somos; y cuando de vez en cuando alguien aparece hablando de igualdad, de equidad, de derechos, de oportunidades, no pasa de ser un bicho raro o antisistémico. Pueden criticarme, pero jamas los techos para chile, los adopta un hermano, etc, seran la solución al drama de miles de chilenos, son apenas paliativos, y peor aun, hacen el trabajo que por obligación le corresponde al estado, y si el estado no es capaz de responder, entonces es el responsable. Así debería ser, pero...