Pedro Pavlovic, desde hoy serás el vigilante eterno del inolvidable Caletones

Quién lo diría, amigo Pedro; estuviste sólo hace 6 meses conversando, compartiendo y sonriendo con todos tus amigos caletoninos, precisamente ahí, en la tierra que te vio nacer, allá en las alturas, rodeado de cerros, ecos y, un aire familiar difícil de igualar.
“Hay que haber nacío en este terruño pa’ saber lo que realmente se siente”, comentaba un señor, aquel día.
Hoy a las 10 de la mañana, en la Iglesia de Pobl. El Manzanal, se llevará a efecto una significativa misa, donde familiares y gran cantidad de amigos acompañarán a este inolvidable hombre. No es necesario recalcar ni añadir sobre las causas de su partida, lo importante es estar ahí, demostrando el cariño, admiración y respeto; todo muy merecido, porque él siempre entregó lo mejor de su persona a toda la gente, sin excepción.
Es sabido por todos la trayectoria relevante de este hombre de las comunicaciones, destacando su Premio Nacional de Periodismo Deportivo y su distinción (2007) que le hiciera el Comité Olímpico Internacional y la UNESCO, en París. Entre sus últimas actividades, además, está haber ocupado un lugar importante, como Concejal UDI, en la Comuna de Estación Central, Región Metropolitana. En ese lugar, siempre fue un ser humano más que un político. Su lema era sólo ayudar… era enemigo de los trámites, burocracia y papeleo.
El Rancahuaso fue invitado a esta Misa, en su memoria y recuerdo, para luego ser testigo de una situación muy solicitada y esperada por él: ver cómo sus cenizas son esparcidas, precisamente en su hogar, ubicado en el sector de la Cantina Modelo de Caletones. Asistiremos a este importante instante, para luego compartir con ustedes esta significativa y humana situación. Hoy, he escrito –de corazón- algo para este gran señor.
A Pedro Pavlovic, el gran centinela.
Serás emblema eterno de nuestro Caletones
el espejo más fiel… con lealtad intensa
dócil, como siempre, firme en la defensa
para que el Campamento nunca se desmorone.
Desde Rancagua miraremos a los cerros
e imaginaremos cómo recorres las escalas,
serás el gran vigía de esta tierra abandonada.
y se reflejará tu imagen, leal, allá en el cielo.
Desde el momento en que tus cenizas esparcidas
queden en el lugar que tú soñaste,
los corazones de quienes más amaste
acudirán a ti, para hacerte compañía.
Esta montaña vacía, destruida, con dolores
ya no estará en soledad, porque tiene tu presencia.
tienes las únicas llaves de esta inmensa puerta
… de esta tierra, sin par, tu querido Caletones.
(Original. Sólo pertenece a El Rancahuaso)