Debo advertir que en las líneas que siguen, no encontrará una crítica imparcial ni menos objetiva. En adelante, la crónica vivencial de un fanático.

Son las 18:30 en Londres y abordamos el bus que nos lleva al mítico estadio Wembley. Sí, el mismo recinto que fue espectador de uno de los goles más recordados de nuestro querido “matador”. Luego de un apurado cambio al metro (por los tacos en las cercanías), llegamos a eso de las 19 horas al Arena Wembley. La gente se acerca tranquila, vienen después del trabajo, conversan, toman cerveza y algunos gritan: una tarde común en Londres. Queda media hora para que comience el recital y no hay apuro. Luego de una cola de 2 minutos y medio, entramos.

Guardamos las chaquetas y divisamos una de las tantas sorpresas para un chileno turista, la barra. Sin reflexionar, compramos cerveza y nos fumamos el último cigarro afuera (como usted debe imaginar, el pucho no es bienvenido en los recintos cerrados). Aproximadamente 15 mil personas aguardaban a Smith y compañía. El rango etario del público fluctuaba entre los 15 y los 65 aproximadamente. Labios rojos, muchos ojos negros y algunos peinados despeinados ambientaban el lugar. La ansiedad e ilusión por ver el look inmodificable hace 30 años del líder de la banda, se hacía insostenible. The Cure terminaba su gira 4Tour 2007-2008 en su casa.

A las 20 horas con dos minutos, como se había anunciado por altoparlante, salió el cuarteto al escenario. Robert Smith en la voz y guitarra, Porl Thompson en segunda guitarra, Simon Gallup en el bajo y Jason Cooper en la batería. Las luces se encendieron y comenzó la algarabía. La parrilla de luces atrás ponía la onda ochentera al lugar. Sin teclados esta vez, al grupo intentó volver a los inicios de su carrera, donde las guitarras eran protagonistas y eran solo cuatro integrantes. Tres canciones de su décimo tercer disco dieron inicio al show. Sin escatimar, desde un principio Robert Smith desenvolvió su voz como si tuviera veinte años hasta el final de la noche.

Desde ahí en adelante, fueron más de tres horas de deleite, pasando por el punk de sus primero discos, hasta el rock influencia de cuantos grupos indie-punk-folk existen. Por supuesto ,estuvieron presentes los grandes éxitos como “Boys don´t cry”, “Just like heaven”, “Lovecat”, “Lovesong”, “In between days”, Pictures of you”, por nombrar algunos. Las proyecciones en las pantallas y el despliegue de luces produjeron una experiencia casi trascendental en el público, las canciones solicitaron el abanico completo de emociones. Volvieron 3 veces al escenario, después de tímidos silbidos y gritos de la audiencia (sepa usted que un gran porcentaje de esos ruidos los hicimos nosotros, en evidente descontrol).

Asi terminó la gira de The Cure por Europa: con la confirmación de la vigencia y popularidad. La Pollera y La RUTA estuvieron ahí.

Les dejo un par de videos de aquella inolvidable noche.