A estas alturas ya nadie duda que en Chile se mantiene una dictadura,que la ejerce ferreamente el sector financiero. Los militares la instalaron; la Concertación la consolidó. Y todavía hay muchos que la defienden por que los salvó del comunismo. La realidad es que la educación, la salud, la previsión, fueron incorporados al sistema financiero y dejaron de tener como objetivo la eficiencia para cumplir el de ser rentables.
El paradigma del sistema es la tarjeta de crédito. Es la panacea de los desamparados que para solventar su diario vivir, recurren a ella sin darse cuenta del enorme daño que le están haciendo a su bienestar. Lo más dramático es que son absolutamente innecesarias. Es un tema de políticas monetarias.
Intentamos una explicación breve y que sea, ojalá, clara.
El Banco Central tiene como una de sus misiones la de ser el ente emisor del dinero. El BC determina la cantidad de dinero que debe encontrarse en circulación y esto lo hace en base al Balance que se realiza anualmente de todo lo producido por el país en el período de un año: El Producto Nacional Bruto (PNB). Este da una cantidad expresada en numeros que corresponde al valor económico y por lo tanto expresa monetariamente cada bien que se encuentra en el Mercado y refleja el dinero en circulación.
Si el balance muestra que hay mas bienes que dinero en circulación, se emiten más billetes. Dicho claramente, por cada objeto o bien que hay disponible existe un billete que refleja su valor.
Si hay más dinero circulando (emisiones inorgánicas de dinero) se produce inflación, el BC debe retirarlo para evitarla. Se supone que sólo el BC es el encargado de emitir dinero, nadie más.
Sin embargo, y aquí empieza nuestro drama, qué sucede con las tarjetas de crédito. Obviamente son emisiones inorgánicas de dinero; son entes que están generando un circulante paralelo y debería crear el fenómeno de la inflación.
Pero no lo ha hecho y ¿por qué?.
El BC sabe que el dinero es un bien y como todos los bienes tiene un precio, el precio del dinero se llama interés. Por lo tanto en vez de hacer una emisión completa de dinero correspondiente al PNB deja un margen disponible para la emisión inorgánica de las tarjetas de crédito y les fija una alta tasa de interés. El interés se produce por la inexistencia de dinero en el mercado y por efecto de la oferta y la demanda que ofrece menos de este bien del que se necesita por lo que sube su precio. Pero digamoslo claramente, es un déficit creado artificialmente y que sólo beneficia a los que especulan con el dinero. Es una maniobra efectuada por los funcionarios públicos encargados de servir a todos los chilenos, que están satisfaciendo sólo los intereses de los financieros.
Por GUILLERMO HOLTHEUER