LEA: El caballero de la carreta de Chrétien de Troyes

La figura del rey Arturo ha sido utilizada por muchas obras británicas. Hemos sido testigos de diversas historias de corte medieval caballeresco en el que de una u otra manera todo lo que rodea a este mítico personaje entra en juego. Y si por alguna razón no es el mismo rey, todos conocemos a los caballeros de su mesa redonda, al mago Merlín o a la reina Ginebra, su esposa.

El Quijote se volvió loco leyendo ese tipo de historias. Aunque su libro de cabecera era el Amadís de Gaula, de otro autor, esta semana queremos destacar la obra de un escritor de historias caballerescas considerado el primer novelista del mundo: él es el francés Chrétien de Troyes (1135 – 1190).

Las novelas de este tipo giran en torno a todo lo que es el caballero medieval, su fidelidad y honor a su rey, sus aventuras y búsquedas. Además representan la parte sentimental del caballero, el llamado amor cortés, una forma típica de la época de profesar los amores hacia la dama. El caballero medieval, ese que recorre el mundo, pero siempre (y esto podría recordarnos la caricatura que es el Quijote), siempre, con la imagen de su amada en primer lugar en su mente. Todo lo hará por ella y para ella.

Alguien que llega y escribe de acuerdo a sus tiempos no merece mayor descripción, sino que son los capaces de tomar los modelos de su época y darles un uso particular los que gustamos de destacar. La novela Lanzarote (o Lancelot) o el Caballero en la carreta de Chrétien de Troyes nos muestra este mundo medieval, y su trama principal es una aventura que hará un caballero por el honor de su dama.

Una novela que llega a parecer comedia por la disposición de sus elementos en la trama. Sí, Lanzarote viaja para rescatar a su enamorada que está prisionera por un caballero maligno, pero esta dama es la mismisima reina Ginebra, la esposa del rey Arturo. Entonces, queda al descubierto de esta manera la infidelidad de la reina y del caballero del rey.

A través del relato Lanzarote deberá superar diferentes obstáculos, compitiendo además contra un noble caballero que busca rescatar a la reina también (pero para devolverla al rey).

El nombre de la novela proviene de uno de los actos que debe efectuar el personaje para salvar a su dama, uno de los más humillantes como caballero, pero digno como un amante cortesano: Lancelot subirá a una carreta, signo de infamia en la edad media, ya que en las carretas paseaban a los villanos para mostrarlos frente al pueblo.

Una novela muy graciosa, una historia interesante, y además, subyace la curiosidad por adentrarse en el Medioevo narrado por uno que lo vivió.