Una mirada constructiva de Tomás Hirsch hacia los cambios de la Humanidad

Tomás Hirsch, hablar de ti es pensar también en lo que ha sido gran parte de tu vida que es el Humanismo, de hecho fundaste el Partido Humanista, el primero legalizado en Chile como instrumento de lucha no-violenta contra la Dictadura de Pinochet. Fuiste también uno de sus Presidentes entre 1994 y 1999 y candidato a la Presidencia de la República en ese último año. Eres parte también del directorio de Fundación Pangea, cuyo objetivo es difundir las diferentes culturas de los pueblos y vocero del Humanismo Universal para Latinoamérica.
Sin duda, mucho de lo que ha sido tu trabajo político-social durante todos estos años se ve reflejado en el libro que has escrito titulado “El Fin de la Prehistoria” que presentarás el próximo sábado 27 de octubre en la Feria del Libro.
-Sí, yo creo que hay mucho de eso en el. Ahora, si bien cuando uno escribe un libro trata de sistematizar un conjunto de ideas, nace, surge y se estructura a partir de toda la experiencia acumulada durante mucho tiempo, no sólo por mí a nivel personal sino que por todos los humanistas que están cursando un proyecto de transformación social. El libro de algún modo es un grito de rebeldía pero escrito en formato educado, es un grito de profunda rabia, indignación sobre el maltrato al ser humano, pero al mismo tiempo es también una certeza sobre la profunda esperanza de que el ser humano va a tratar de encontrar el camino, y el libro lo que trata es aportar un granito de arena, intentar dar algunas ideas, propuestas, reflexiones acerca de cómo se puede construir un proceso que realmente devuelva la dignidad y respete al ser humano
Cuéntanos ¿Qué es para Tomás Hirsch la Prehistoria?
-La Prehistoria es un sistema de relación entre las personas en el que predomina la violencia y desde ese punto de vista me parece ridículo que alguien plantee que terminó la historia. Cuando Fukuyama presenta su libro El Fin de la Historia creo que no requiere un mínimo análisis comprender que millones de años de procesos humanos de búsquedas de aspiraciones en la ciencia, tecnología, medicina, educación, de búsquedas en el arte no concluyen en un mundo que es un desastre como el de hoy. Pretender que este es el fin de la historia me parece que está con una visión muy corta de lo que es hoy el ser humano. A lo más hoy día estamos ante la posibilidad del fin de la prehistoria que terminará el día que se construya una sociedad en la que la violencia queda excluida ahí yo diría que entramos en una etapa que es la historia del ser humano. Ese es el desafío que tenemos.
En la segunda parte de tu libro planteas la forma de llegar a un fin en esta etapa primitiva en la que quienes participan de la riqueza, sólo una minoría, han olvidado algunos términos como equidad, dignidad, calidad de vida, justicia y por qué no decirlo también amor al prójimo. ¿Qué soluciones postulas en tu ensayo?

-En primer lugar uno, efectivamente, se pregunta de qué sirve una sociedad que puede mostrar excelentes indicadores macroeconómicos, de qué sirve una sociedad que crece y crece si es que eso no se distribuye entre los habitantes que lo hacen posible. Me parece monstruoso que si todo un conjunto humano empuja para que mejore las condiciones de vida en la sociedad luego eso sea apropiado por unos pocos, es una apropiación absolutamente animal en que esos pocos se quedan con los beneficios y la gran minoría se quedan esperando si algún día les cae alguna migaja.
Entonces, lo que yo planteo en el libro es que se necesita una transformación estructural profunda en materia política generando una desconcentración de poder desde el Estado aspirando a que éste sea un ente coordinador pero en que el poder esté en la base social con mecanismos de consulta permanente, plebiscitarios, de organización de la base, de revocación de mandato, de iniciativa popular de ley, formas de organización en la base social, es decir, un cambio fundamental en la estructura del Estado.
En segundo lugar en materia económica yo planteo que es necesario modificar la relación actual que existe entre capital y trabajo hoy es el capital el que se beneficia del crecimiento de la economía suponiendo que es el que tiene más riesgo pero los más riesgosos son los trabajadores que permanentemente están en la duda si van a obtener el mismo salario o el mismo trabajo el mes siguiente entonces ahí yo propongo una modificación de esta relación generando lo que se llama la propiedad participativa de los trabajadores que es un cambio fundamental en materia de organización laboral
Y en tercer lugar planteo que hoy en día los medios de comunicación han dejado de cumplir su objetivo ya que están al servicio de los intereses de grandes grupos económicos para bajar líneas, para imponer al público determinadas verdades por lo que se requiere un cambio en las poblaciones en lo que es el acceso a los medios comunicativos para que estén verdaderamente al servicio de la comunidad. Me parece que esas son tres grandes líneas en términos de organización del Estado, de organización económica y acceso a los medios de comunicación.
Tuve la oportunidad de asistir a la convocatoria que hiciste en la ciudad de Rancagua el pasado 17 de octubre para discutir, entre otras cosas, la dirección revolucionaria de los trabajadores y no pude dejar de reflexionar respecto al grado de culpa que podemos tener como ciudadanos en cuanto a la falta de soluciones por parte del Gobierno a nuestras múltiples necesidades por no informarnos, no ocupar los medios de comunicación para denunciar o simplemente expresar nuestro descontento, nuestras necesidades, no se ve que la misma gente se una y ejerza su natural derecho a saber si quienes elegimos como gestores de un cambio, que no se aprecia en absoluto, están laborando por esta masa trabajadora inconforme pero dormida ¿coincides tú con este punto de vista?

-La palabra culpa no me gusta mucho, salvo eso creo que tienes toda la razón, comparto plenamente esa reflexión creo que acá hay una responsabilidad compartida. En definitiva no está mal ese dicho que “los pueblos tienen los gobiernos que quieren” la gente sigue creyendo que este modelo en algún momento le va a traer alguna migaja que le va a permitir también estar arriba de la ola y el tiempo pasa y las promesas siguen y eso no llega nunca, de todas maneras la gente sigue teniendo fe en el Gobierno. Acá uno no puede culpar solamente a los que están instalados en el poder la reflexión la tienen que hacer cada uno de los electores, aquellos que una y otra vez creen y siguen apoyando a los mismos de siempre también la tienen que hacer los 2.000.000 de jóvenes que no se inscriben y no votan, entiendo el sentimiento que hay detrás para no inscribirse pero mucho más astuto sería inscribirse y saber que pueden manejar completamente los resultados de una elección.
Ahora bien, tenemos un sistema político que chantajea a la gente, el famoso sistema binominal.
Todo el mundo tiene la sensación de que no hay ninguna otra opción y se termina optando por el mal menor, o sea, mejor votar por la Concertación que por la Derecha, sin embargo me parece que es necesario cambiar esa mirada, se requiere no votar por lo menos nocivo sino que elegir por lo que siento más coherente y si ese candidato gana o no de todas maneras estoy ayudando a fortalecer una opción nueva, diferente .
Según tu experiencia ¿cómo nos transformamos en una sociedad responsable y participativa?
-Yo creo que esto no se puede formar desde arriba hacia abajo aquí no se logra por decreto que una sociedad sea más participativa no se logra desde el aparato del Estado estas son decisiones que parten desde la base social que es cuando se empiezan a organizar los mapuches, los estudiantes, los trabajadores, los sectores forestales, etc. que empiezan a tomar conciencia que la única posibilidad de transformación proviene de ellos mismos pero que además si queremos que ese movimiento tenga potencia es necesario que cada uno aprenda a movilizarse a comprometerse por las demandas del otro sector no por las propias solamente.
Me parece que conversamos también allá acerca de que cuando los mapuches se empiezan a mover por las demandas de los jóvenes, cuando los jóvenes se empiezan a mover por las demandas de los trabajadores del cobre, cuando los del cobre se empiezan a mover por las trabajadoras de casa particular entonces estás articulando un movimiento social. Desde ese punto de vista ese movimiento social no puede estar desvinculado de un movimiento personal, no puede estar desvinculando de una búsqueda de lo profundo. Para mí la acción social está vinculada con lo que llamo lo sagrado, lo profundo, lo espiritual por eso en el epílogo del libro finalmente planteo que ninguna transformación política va a ser posible si es que no creamos un espacio para que se exprese eso insondable eso que va mucho más allá eso que no es tan racional pero que es lo que impulsa a los pueblos
El ser Humanista propende también a dejar esta etapa primitiva del hombre, al desarrollo de todo su potencial, de sus habilidades ¿Cuál sería una buena estrategia de gobierno para combatir la delincuencia aplicando la ideología Humanista, sin hablar tanto de “mano dura contra la delicuencia” ?

La delincuencia no se soluciona con represión ¿qué vamos a hacer? ¿poner un policía en cada calle, en cada casa, en cada pieza? Esto se soluciona generando una sociedad con mayor equidad, con más participación, una sociedad con mayor oportunidad. Está probado a nivel mundial que las naciones que han avanzado en equidad, en participación y en democracia como Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Australia, Canadá, Nueva Zelanda son países en que la tasa de delincuencia disminuyó drásticamente, hay algo de delincuencia por supuesto pero ese porcentaje baja lo que en Chile aumenta y nadie se pregunta ¿por qué aumenta? Simplemente están pensando en la represión y no están reflexionando acerca de las causas, en la raíz del problema que es evidentemente fundamental para poder dar una respuesta adecuada. No es con mayor represión que se soluciona este problema sino que con mayor justicia social con mayor espacio de participación sobre todo para los jóvenes
Tengo entendido que el prólogo de tu libro fue escrito por Evo Morales, actual Presidente de Bolivia ¿Existe una relación estrecha entre ambos?

-Sí, hay una relación que se ha ido construyendo y que ha ido tomando mucha profundidad que comenzó cuando los dos éramos candidatos simultáneamente. En el año 2005 nos encontramos ambos marchando en Mar del Plata en la Cumbre de Los Pueblos y después nos encontramos varias veces y se generó una relación con buena sintonía y yo le pedí en algún minuto que prologara mi libro; el que haya accedido es un hecho que me llena de orgullo porque es un tremendo honor, él es Presidente de un país. Hasta donde yo sé es el único Presidente en ejercicio del mundo que ha prologado un libro hay ex Presidentes que lo han hecho pero no un Presidente que esté gobernando. Me alegra mucho porque además el prólogo es muy bonito.
¿Crees en el sueño Bolivariano para el progreso de América Latina?
-Creo que tenemos que poner un acento fundamental en la integración latinoamericana que hoy en día ningún país puede resolver solo los problemas que tiene y ese es otro de los planteamientos principales del libro, sin embargo, la propuesta bolivariana se complementa con otras que han ido surgiendo como la propuesta del Presidente Evo Morales respecto al acuerdo de los pueblos, como la propuesta del Humanismo Latinoamericano y hoy día lo que nosotros estamos buscando es hacer confluir estas distintas miradas en un proyecto común para la región por eso nos vamos a encontrar en La Paz del 23 al 25 de noviembre. El foro tiene justamente el sentido de hacer coincidir las miradas hacia la integración Latinoamericana.
Finalmente ¿por qué recomendarías al público leer tu libro?
-Porque creo que hemos sido muy sinceros, muy transparentes en exponer una situación actual que cada uno va a reconocer como cierta, una realidad de crisis de civilización que requiere respuesta urgente y lo recomiendo porque creo que se presenta con mucha claridad también, con sus fortalezas y debilidades, cuál puede ser el camino de apertura al futuro y cuál puede ser el rol que cada uno de los que va a leer el libro puede tomar en ese proyecto en adelante. Me parece que es un libro que está escrito desde la experiencia que muchos tenemos, no sólo yo y del sueño que la mayoría anhelamos que es el tener un Chile más justo, más democrático con mayor respeto hacia las personas.
Terminé esta entrevista con una cordial invitación que hizo extensiva a todos los amigos lectores de El Rancahuaso para el próximo sábado 27 a las 19:45 hrs en la Sala de las Artes, Centro Cultural Estación Mapocho.