Limitaciones y posibilidades en el subdesarrollo

Limitaciones y posibilidades en el subdesarrollo

14 Octubre 2007
¿Qué es lo que quiere el sistema de nosotros? ¿Qué más quiere de nosotros? ¿Podemos nosotros exigirle a él? ¿Cómo podríamos alivianar nuestro pesado "pertenecer a una sociedad"?
Constanza Céléry >
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La imposición de los criterios económicos, el mundo privado como poder fáctico, la disminución de poder de los partidos políticos a causa de la disminución de su legitimidad, aumenta la dificultad de la ciudadanía para exigirle al sistema nuestras condiciones, desde las más básicas y cotidianas como las laborales, hasta los derechos políticos de exigir transparencia y rendición de cuentas (Accountability) a quienes deciden sobre el avance de nuestro país.

Cada vez uno se siente con menos poder para exigir, sin embargo, la estructura social compuesta por organizaciones de todo tipo exige cada vez más a sus participantes -la ciudadanía- una infinitud de condiciones para desenvolverse.

Las altas exigencias a las cuales nos podemos ver sometidos comienzan desde, por ejemplo, lo que implica para un alumno postular a un establecimiento particular, una serie de exámenes de conocimientos, sociales, psicológicos y económicos que generan un gran estrés familiar. Más adelante, ese mismo alumno se verá exigido en la educación media para alcanzar un puntaje (PSU) que le permita ingresar a la educación superior, tomando una decisión que implicará el resto de su vida, a los 17 años.

Una vez que logra superar la etapa universitaria, éste ahora deberá someterse a demostrar quién es. Si postula a un trabajo, además de presentar su currículo vitae deberá someterse a una entrevista con el encargado de selección, que no sólo le hará preguntas de cómo ha sido su rendimiento académico y laboral, también le hará preguntas sobre su vida personal, su mundo íntimo, sus relaciones sociales y familiares, su historia de vida, etc. Si logra pasar a la segunda etapa de selección lo someterán a un extenuante test psicológico que medirá su personalidad, si con bastante éxito lo supera, será citado a una entrevista con el que será su jefe para afinar detalles y hablar de temas incómodos como la remuneración, a los cuáles no estamos acostumbrados, porque no consideramos a nuestro empleador como nuestro cliente.

Las exigencias no sólo ocurren en ese ámbito educativo-laboral, si se osa a utilizar algún beneficio municipal, es impresionante la cantidad de papeles y trámites burocráticos que exigen, una cuenta a nombre del “beneficiado”, si no le llegan cuentas, debe entregar una declaración notarial para certificar que habita en esa comuna. Si requiere abrir una cuenta corriente, si necesita devolver algún producto, si desea cobrar un cheque con urgencia, si le cobran de más en alguna cuenta, serán innumerables las condiciones que deberemos cumplir.

Así es como nos vemos exigidos por una burocracia que requiere constantemente que certifiquemos nuestra identidad, a diferencia del poder con el que nosotros podemos exigirle al sistema. No se puede negar que ha habido avances en esta materia, que buscan equilibrar el poder de la ciudadanía versus el poder del sistema, a través de instituciones como el SERNAC, sin embargo se requiere de una mayor cantidad de instancias que potencien el poder ciudadano para exigir resultados, evaluaciones de políticas públicas, evaluaciones de aquellos que se encuentran a cargo del Estado, control de calidad de los servicios, mejoras en gestión organizacional, entre otras. Se requiere de instituciones que dependientes del Estado, logren separarse del gobierno para que fiscalicen y exijan el cumplimiento de metas y de condiciones.

La formación de instituciones posiblemente demore gran cantidad de tiempo, por lo que el cambio deberá comenzar en cada uno de nosotros, en nuestra cotidianeidad haciendo uso de las instancias para reclamar, que a fin de cuentas no es reclamar sino construir y sugerir. Es necesario cambiar nuestra actitud de lamento por una actitud de acción, es como cuando en un salón todas las personas hablan al mismo tiempo pidiendo silencio, y la mejor forma de lograrlo ocurrirá cuando cada persona cierre su boca. Si cada persona comienza a tomar la iniciativa ante situaciones diarias, tomando alguna medida constructiva, conversando unos con otros, con la persona que toma el bus en el mismo paradero, con los vecinos, con aquellas personas que están en el almacén de la esquina, con la persona que pesa la fruta en el supermercado... podremos ir solucionando nuestros pequeños problemas y por lo menos lograremos vivir con un estado de ánimo más luminoso y feliz, generando así la organización ciudadana necesaria para exigir por nuestra propia cuenta nuestros derechos y condiciones del juego.




Esta semana en La Pollera:

vea.jpg- VEA: La vida de Brian

escuche.jpg- ESCUCHE: Überjam de John Scofield

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- LEA: Una flor amarilla de Julio Cortázar

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- GRANDES PERSONAJES: Tony Macelli

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- El XIV Festival de cine de Validiva

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- ¿Libros buenos o libros malos?

 

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Comentarios

Imagen de chun li

"Conocer a la persona

"Conocer a la persona correcta es la llave del exito. "

que falta de huevos

Imagen de Manuel Fuenzalida

Aun cuando existen

Aun cuando existen dificultades estructurales para realizar la tarea de ciudadano, creo que gran parte de la falencia está en los mismos ciudanos de no atrevernos a discutir y exponer nuestros puntos de vista.

Pero en el mundo global en el que vivimos, no podemos darnos el lujo de no ser competitivos, creo que nadie podrá objetar los niveles exigencia a los que somos sometidos.

En ese sentido, mi real problema es la desigualdad de criterios con los cuales nos evalúan. Mientras para unos es difícil, para los otros, no. Dependerá de cuanto dinero tenga tu papá y cual es el apellido.

O todo el poder en tu contra o todas las facilidades a tu favor. Conocer a la persona correcta es la llave del exito.

Atte

M.