Peter Burke: nuevas vertientes de la historia cultural

Peter Burke: nuevas vertientes de la historia cultural

30 Septiembre 2007
El profesor inglés brindó un seminario en nuestro país. Entre otras cosas su propuesta de fondo es el avance hacia una disciplina histórica multidisciplinaria y de visión procesal.
Sebastián Ruiz-Tagle >
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El miércoles recién pasado asistí a la última de las charlas que completaban las exposiciones del seminario “Nuevas vertientes de la historia cultural” que brindaba el renombrado y emérito profesor Peter Burke. Bajo un gran marco de público y en un auditorio de primer nivel (como lo son en todas las universidades de por ahí, de San Carlos de Apoquindo) dieron conferencias él y su señora, la también historiadora Lucia G. Pallares-Burke. A través de ésta presentación se buscaba dar a conocer su posición acerca de las nuevas formas y perspectivas de las que se vale hoy la historia; una mirada más analítica, y que se sirve de otras disciplinas como la antropología, la estética y la sociología para el análisis de los fenómenos.

Se podía vislumbrar en su discurso líneas acerca de los rumbos de la historia actual. La nueva historia ya no se concibe como una acumulación inacabable de hechos inconexos, la nueva perspectiva cree en la naturaleza procesal de los fenómenos, en los procesos intencionales que hay detrás de los grandes acontecimientos, en la importancia del sujeto cómo germen detrás de esos fenómenos, la importancia del individuo como actor histórico. Todo esto lo analiza desde las nuevas perspectivas anteriormente mencionadas, desde la incorporación de nuevas disciplinas que terminan con la posición mecanicista y pasiva de la historia clásica. Así, se termina por transformar la noción temporal y cronológica de nosotros mismos, es un giro conceptual que nos sitúa en un nuevo escenario, es una nueva forma de percibirnos y de percibir el momento histórico al que pertenecemos.

Nada de ésto, sin embargo, se dijo explícitamente. Se da por supuesto, desde ésta nueva concepción, que el hombre se emancipa de los acontecimientos, que es capaz de controlar dentro de sus posibilidades el destino y el rumbo de éstos. Se transforma entonces en un discurso revolucionario, libertario y novedoso, que se revela a la tradición y a los discursos oficiales. Mi impresión es que el contexto no permitió que nuestro erudito se expresara libremente, en palabras más duras: fue censurado. Terminó por explayarse acerca de criterios técnicos que debe contemplar la historia cuando se fusiona con la estética, no sin cierta ironía. En todo caso más allá del desafortunado escenario en que se dio el simposio se puede rescatar algo que le otorga grados de libertad a los hombres, una perspectiva que por lo menos lo libera un poco de los determinismos semánticos a los que estamos sometidos.


Esta semana en La Pollera:

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Imagen de Andrés Castro

Evidentemente es un tema de

Evidentemente es un tema de tiempo. pero también de dinero, ¿quién podría pensar lo contrario?

Imagen de Fernando Ulloa

Interesante me resulta ver

Interesante me resulta ver que ustedes sí pudieron asistir a las charlas.

Mi caso fue distinto, como alumno de la Chile tuve que enterarme por vía propia, noté después que las invitaciones llegaron al Departamento al segundo día del evento y aunque había solicitado asistir -varios días antes- por e-mail me dijeron desde la U. de Los Andes que estaba lleno.

Una profesora me comentó que era deplorable el que no hubiera traductor y otro profesor, me comentó que al momento de confirmar le habían dicho que todo estaba copado (y me lo dijo con invitación en mano).

Finalmente supe que había espacios vacíos en la sala. ¿Existía una especie de convenio de exclusividad? Burke podría haber visitado otras universidades también, a nadie le habría venido mal (a no ser que al bolsillo no le resultara conveniente).

Imagen de Sebastián Ruiz-Tagle

Gonzalo: Mi afán no es

Gonzalo:

Mi afán no es chaquetear eventos como éste que, repito, me parece positivo que se hagan de todas maneras. De hecho agradezco que se realicen. Intento que las cosas se entiendan en su real contexto, que inevitablemente influye en el desenvolvimiento de las situaciones.

Puede que por momentos caiga en un exceso nocivo de suspicacia, pero es que, por lo que yo conocía y había estudiado del expositor, esperaba encontrarme con otra cosa, con un Burke más analítico e incisivo. No digo que lo que habló no sea parte de su teoría ni mucho menos, es más, coincido contigo en que son parte importante de su obra, pero son los aspectos técnicos de su obra, y que toda obra debe tener.

Si nos fijamos bien y hacemos una lectura más general y por que no decirlo más profunda de su propuesta, los giros que propone Burke desde el uso de las imagenes y desde la reflexión acerca del lenguaje en la historia, se alinean con una postura no determinista, que se aparta de la tradición dogmática, una historia que toma elementos de la fenomenología y el existencialismo, de la sociología y la antropología para terminar con el mecanicismo. Esa es la reflexión de fondo que esperaba escuchar y no escuché en el seminario (y no solamente yo pues me informé de buena fuente acerca de las otras dos exposiciones), y simplemente me decepcionó que no se utilizara una instancia tan excepcional como ésta para tratar esos temas que, me parece, son los de más importancia en la obra del autor.

Puede que haya sido una charla explicativa acerca de las herramientas utilitaristas de la nueva historia, una especie de manual funcionalista acerca de las nuevas vertientes, no sé, pero no escuché lo que iba a escuchar, quizas a un historiador le sirvan más los 10 mndamientos que enumeró, a mí me parecen secundarios, son cosas que están al servicio de la propuesta de fondo.

No obstante éste artículo no pretende ser un informe periodístico objetivo acerca de lo que ahí ocurrió, muy por el contrario es una columna de opinión, y como tal se agradecen aportes como los tuyos, se consideran validos y constructivos.

Saludos

Imagen de Gonzalo Verbal

Sebastián:

Sebastián:

1) Por lo que entiendo los temas que Burke habló son los que él quiso abordar. No los determinó la Universidad. Obviamente a una persona de ese nivel no se le pueden imponer temas ni restringir otros.

Tú cuentas en tu columna que sólo asististe a una conferencia, pero fueron tres (contando la de su señora), además de una actividad para alumnos de historia de mi universidad y de otras. Pues bien, en conjunto, se trataron muchos temas varios, aunque -es cierto- vinculado con teoría y metodología histórica.

2) Los temas anteriores no son -como señalas- meramente técnicos. Lo que habló Burke en dos de sus conferencias (Traducción e Iconografía) forman (como has de saber) parte esencial de su obra. Precisamente tiene un libro sobre cada uno de esos temas: ?Hablar y callar?, y ?Visto y no visto?. El primero sobre el lenguaje y el segundo sobre el uso de las imágenes como documento histórico.

Precisamente esos temas constituyen la esencia de su pensamiento historiográfico. En ellos, creo, radica su gran aporte. La gracia de esos temas es que abarcan el concepto de historia cultural como una vertiente de, más moderna, de la Nueva Historia, como proyección de los Annales, etc., etc.

La señora, que es muy buena historiadora, habló de las nuevas tendencias en Historia. Lo hizo in extenso. Tocó muchos temas amplios. Por eso te digo que tu visión es restringida, ya que sólo asististe a la última conferencia.

3) Se solicitaron preguntas por escrito, porque él lo pidió así, precisamente por el manejo de idioma. Creo que te diste cuenta, en la conferencia que asististe, que él no entendía las preguntas orales. Él pidió poder leer las preguntas antes (esto yo lo sé de buena fuente, ya que ayudé en la organización). No obstante eso, mi director (F. J. González) igual dio la palabra en forma oral. Si no se pudieron hacer tantas preguntas es, sencillamente, por problemas de tiempo. Después de una larga conferencia, no de un debate, no corresponde que se hagan más de tres preguntas. Esto es normal en cualquier país.

No veo, por tanto, por ninguna parte la censura. Creo que esto, lo digo directamente, emana de un prejuicio hacia universidades como la mía. Seguramente tú crees que nos enseñan una visión muy estrecha de la historia. No es así. Obviamente que, al igual que todas las universidades hay una impronta, pero ello no implica que no leamos (y nos pasen) diversas visiones. Te podría nombrar muchos autores que leemos y te sorprenderías. Por de pronto Gabriel Salazar en Chile, que lo hemos leído y que sus obras están en biblioteca.

De verdad, y lo digo con la mejor intención, tu columna es una manifestación de algo típico en Chile: chaqueteo: buscarle la quinta pata al gato de una actividad desde todo punto de vista destacable. Yo, al menos, me enriquecí mucho con esta visita. Y no comparto para nada tu visión de que no abordó temas esenciales de su pensamiento. Precisamente pienso al revés, que abordo temas sustanciales de su obra. Habría sido mucho más monótono que hubiese hablado de una tema concreto, como el Renacimiento, que si bien es parte de su obra, es algo más concreto. En cambio, los temas que habló (también su esposa) cruzan su obra completa.

Por último, quiero subrayar que la organización invitó a todos los institutos de Historia, a todos los historiadores y (obviamente) a un número de alumnos por carrera de otras universidades. No veo nada de malo en hacer estas actividades por imagen, es lógico que un Instituto d Historia que se está formando se preocupe de la extensión. Todos los años se han hecho seminarios, nunca -es verdad- con un personaje tan top, pero siempre de bastante nivel. Si no se hicieran estas actividades, se diría que la carrera de Historia en la U. Andes es sólo de tiza y pizarrón.

Saludos.

Imagen de Sebastián Ruiz-Tagle

Señor Gonzalo: Me parece

Señor Gonzalo:

Me parece que la censura no se da simplemente en coartar o reprimir al autor de forma directa. Es una situación más generalizada, que tiene que ver con los temas específicos que lo invitan a tratar, con los círculos en los que está obligado a moverse en éste caso particular y con las pautas que son impuestas por quienes hacen la invitación a participar. No creo que a tal eminencia le hayan cortado parte de su discurso, simplemente encauzaron el seminario completo y lo focalizaron en aspectos técnicos que no profundizan en análisis ni en las propuestas de fondo de Burke.

Por otro lado no es insensato, sino que por el contrario, cabe pensar que la invitación tiene intereses de imagen para la Universidad, que buscan proyectar apertura y tolerancia. Pensar, sin embargo, que su incapacidad de explayarse va por el lado de su corto manejo del idoma es aún más absurdo e ingenuo.

Acerca de las preguntas puedo decir que tengo la certeza de que estaban pauteadas, pues dos veces gente conocida mía quizo preguntar y no hubo cabida para ello. Las preguntas debían entregarse con antelación y por escrito, para ser sometidas a una selección, de la que quedaban una o dos.

En todo caso me parece bien que gente tenga la oportunidad de traer a grandes pensadores, influyentes en los momentos que cursan. Ahora, me hubiera gustado ver algo más, me hubiera gustado que no se quedara en la forma de su discurso. Lo que quiero decir es que hay que tener claro el contexto en el que se dan éste tipo de eventos, para así no quedarse con la fachada que nos presentan, como propone de alguna manera Burke, dejar de ser entes pasivos, receptaculos vacíos, tabulas rasas, y hacer un esfuerzo por comprender las cosas en su compleja profundidad.

Imagen de gonzalo verbal

Yo estuve en el mismo

Yo estuve en el mismo seminario los tres días, y me parece una afirmación gratuita decir que fue censurado. ¿Qué sentido tiene invitarlo, con los costos que ello implica, para luego censurarlo? Ridículo. ¿Es dable pensar que se le habría invitado si no se compertiera su visión?

Yo creo que el problema real fue que él no maneja bien el español. Por eso, no se pudo explayar suficientemente. Por lo demás, cómo pensar que fue censurado si se dio la palabra vía microfono. El que quería podía preguntar.

Por otra parte, la biblioteca de la Universidad de los Andes tiene gran parte de su obra. Ella es leída por sus alumnos. Yo soy estudiante de Historia ahí y habúia leído varios libros.

Todo lo anterior demuestra lo ilógico de la afirmación de una eventual censura.

Por el contrario, debería agradecerse que una universidad chilena traiga a persona de ese nivel.